Una gran parte de las personas pasó a trabajar a distancia durante la pandemia y, aunque esto nos pudiera llevar a pensar que quienes desarrollan sus labores de forma virtual y/o híbrida pudieran sentirse menos conectados con su trabajo, un estudio reciente de Accenture demuestra lo contrario.
El informe, realizado entre unos 5.000 trabajadores y más de 1.000 líderes empresariales de todo el mundo, mostró que las personas que trabajan in situ, en comparación con las que lo hacen de forma remota o híbrida, son las que se sienten menos conectadas.
Es fácil confundir el desplazamiento de la cama al escritorio con la noción de flexibilidad. La ubicación es sólo una pequeña pieza de la idea más amplia de flexibilidad, que también debe considerar en qué trabaja la gente, cuándo y cómo. Al mismo tiempo, la necesidad de las personas de sentirse conectadas, de ser incluidas y de que se reconozca su contribución, independientemente de la ubicación física, es fundamental para una experiencia laboral completa y gratificante. En resumen, la cultura organizativa es mejor si se habla de relaciones humanas que de espacio o lugar.
Gran parte de esto recae en un liderazgo más enfático, transparente y de confianza. Para esto, es necesario desarrollar las habilidades y prácticas de liderazgo para que los individuos se sientan seguros, respetados y escuchados. También se ha demostrado que alinear los puestos de trabajo con un objetivo claro de la empresa hace que las personas se impliquen más en lo que hacen.
Así también, una base tecnológica sólida es esencial para ayudar a las personas a trabajar de nuevas maneras, dondequiera que sea necesario, y las herramientas de colaboración les permiten experimentar y descubrir nuevas soluciones, con un nivel mayor de autonomía.
Sin embargo, es la noción de «venir a trabajar» la que debe ser renovada. Esto significa que hay que averiguar cómo los equipos pueden maximizar los beneficios del tiempo que pasan juntos y del que pasan separados, y qué es lo que más importa a la gente para que su viaje al trabajo merezca la pena. También es necesario pensar en el futuro y diseñar oficinas que acomoden a las personas a través de múltiples tipos de lugares y acuerdos de trabajo.
El presente y futuro del trabajo -y la flexibilidad- deben dejar de ser una cuestión de espacio físico y convertirse en una forma más omnicanal de construir una cultura empresarial sostenible. Para las organizaciones que consiguen que las personas se sientan muy conectadas entre sí, con sus líderes y con su trabajo, hay una oportunidad de crecimiento de los ingresos del 7,4%, de acuerdo con el estudio de Accenture. Una oportunidad que, sin duda, vale la pena aprovechar.
Fuente: América Retail